Puede un diluvio de lodo sobre nuestro amor caer
y de este modo su esplendor oscurecer;
pero después de la tormenta un sereno siempre llega
y entre el resplandor del cielo nuestro amor veremos,
y aquello que lo hace bueno no se perderá en lo inmenso
y ha de ser siempre brillante igual que diamante,
por más que quiera mancharlo el tiempo.
Colaboración de Paola Parra, desde Barranquilla, Colombia...
Diluvio de lodo...
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